El verde de las esperanzas deja paso al rojo de los frutos .
Y al fin llega el momento en que todos los sueños y todas las promesas se hacen realidad .
Los coruñeses tenemos en nuestro interior mucha de esta agua : es la que bebemos a diario ; )
Me doy cuenta de que soy de agua , sobre todo cuando me derrito .
Y hay muchas ocasiones para comprobarlo . . .
Por ejemplo , cuando escucho a Sole . Ella canta y yo ya no digo más .
La ciudad estaba tomada por los invasores del norte : los señores de los fríos , de los inviernos , de las brumas , de las lluvias y de los temporales .
Pero ya era el momento de que llegara la liberación . El veraño coruñés acaba de desembarcar y ha puesto en fuga a la horda norteña .
Quizás se quede con nosotros toda la estación .
Por más que busco al unicornio , solo me encuentro con la versión domesticada y sin su seña de autenticidad en medio de la frente .
Esto aún no ha terminado . . .